domingo, 29 de mayo de 2011

La cosa electoral

Anda la cosa revuelta entre lo de los pulgosos acampados y lo del lío de los zombiealistas de Ferraz, Mariano viendo el Tur, los otros metiendo en las capuchas la pasta que van a depredar y los cinco millones viendo el furbo.
Lo cual que que me entero de una cosa muy chula de la Lola de España. Buceo un poco y resulta que era lo del pendiende, que te despistas un poco y Hacienda te roba hasta las orejas, que para dar de comer a tanto ladrón, hay que robar a manos llenas, jolines.



(Se llama PArtido por la mitad, pero el zarpas que puso el video se debió de liar por la parte poeticocursi, ay)

Me parece a mi que, de todas las pianistadas de por aquí, la primera que repite es Lola, oye. Normal, la más grande, a ver si no. Mira, al final van a hacer bueno al yutup.

martes, 17 de mayo de 2011

Cebollas sónicas


Como en el otro lado he puesto una cosa sobre los conciertos de Waters, traigo aquí la prueba gráfica y sonora.
La primera muy bien. Pero que muy bien.




La segunda, pues... en fin, caprichitos de los abueletes cebolletas, pero a ver quién les dice a estas alturas que no.



La tercera son los Pink Tones. Una banda de madrileños fans de los Floyd que los reinterpretan como los ángeles. Quien tenga oportunidad, que no se los pierda, porque va a disfrutar como un enano.
Aquí va una pieza de su directo en el Joy Eslava, que han colgado por ahí para que sus admiradores nos lo bajemos por la patilla. Y merece la pena, os lo aseguro.



PD: Yo al guitarra le veo un aire al general Marco, de Hispania,
¿a que si?, pero sin la tontiloca de la patricia, que hay para darle tortas hasta que se le duerman a uno las muñecas.

jueves, 12 de mayo de 2011

Las cuestiones

Bueno, están ahora con la matraca de la victoria y todo eso, pero lo que mola, la épica está siempre en la derrota, dónde va a parar.

Sea como sea, cuando lo máximo que puede aportar al mundo de las ideas es güacagüaca, cualquier otra aportación es bien recibida. Y van y echan en la radio esto que pego abajo. La cuestión es esa, los por qués, la chispa que hace arder la hoguera del conocimiento, un homo cafre que un día se pregunta por las uvas de la parra, por las cebolletas bajo tierra o por los jabalises que se zampa. Un tarugo de esos que le da por estrujarse el cuartillo de neurona y zas, comienza a ser lo que somos.

Porque sin por qué, qué mas dá lo demás.



Y porque además, al soso soseras de Guardiola no le veo yo en estas chuflas, que es un rancio de tomo y lomo.

domingo, 1 de mayo de 2011

El buscador

Cuenta Battiato sobre la especie de arrebato que le dio cuando actuó en la sala Pablo VI frente al Papa Juan Pablo II y el público que la abarrotaba.
Explica que a él lo que le arrebata no es la autoridad temporal o espiritual de los personajes frente a los que actúa o el público que tiene frente a él sino la sensación y la experiencia, la emoción que transmite cada persona. Y aclara que lo que le conmovió en aquel momento fue un verso escrito por él mismo de la canción "Y te vengo a buscar", una canció que él mismo define como de amor, pero que mira a lo alto. El verso en cuestión es el que se refire a "ser una imagen divina de esta realidad" y está alrededor del minuto 2:45 de lo de abajo.



Al Papa se le ve un tanto ausente, la verdad, y al cardenal de al lado, directamente tostado, pero yo puedo entenderlo. Battiato o te fascina o te torra ampliamente. Pero si uno atiende a sus letras (suyas o interpretadas) entiende eso de la elevación desde lo cotidiano. La vocación, la pasión espiritual de Battiato define su vida y su obra, porque su vida es su obra. De la simple meditación al sufismo o a la tradición católica, Battiato toma muchos elementos y los mete en su música, que se convierte en su camino espiritual, en su viaje de santificación en forma de banda sonora. Ya sea en su Misa Arcaica, en la ópera Gilgamesh, en muchas de sus canciones o en sus fascinantes conciertos. Lo de santificarse por el trabajo, vaya. Como él mismo canta en I'm that
Ni soy musulmán ni hinduista,
ni cristiano ni budista,
No estoy por el martillo
ni por la hoz,
ni mucho menos por la llama tricolor
porque soy un músico.

Aunque no fuese su actuación preferida, creo que acertó Juan Pablo II al incluirle en ese concierto.